¿Qué es la meditación?

del libro "La vida espiritual", Sri Chinmoy

La oración y la meditación son medicinas para curarnos.  Igual que vamos al doctor para la medicina que cura nuestro cuerpo físico, la oración y la meditación son las medicinas que nos curarán en nuestra vida interior.

En Occidente, muchos santos han realizado a Dios.  Ellos no se ocuparon de la meditación; solamente rezaron con la mayor intensidad.  En Occidente oímos hablar más de oración que de meditación.  La diferencia entre la oración y la meditación es la siguiente: cuando rezo, yo hablo y Dios escucha; cuando medito, Dios habla y yo escucho.

Meditación significa muchas cosas para mucha gente. Cada individuo tiene una manera de aprender el secreto del arte de la meditación.  En nuestro caso, cuando meditamos, vaciamos nuestras mentes y entonces las llenamos de algo divino.  Es decir, tiramos todos los pensamientos no divinos, perversos, estériles, y llenamos la mente de pensamientos divinos, iluminadores y colmadores.

La meditación es absolutamente necesaria para quienes quieren tener una vida mejor y más plena.  Si sientes que ya estás satisfecho con lo que tienes y lo que eres, no necesitas entrar en el campo de la meditación.  Pero si sientes que hay un desierto estéril profundamente dentro de tu corazón, he de decir que la meditación es la respuesta.

La meditación te proporcionará alegría interior y paz mental. Si quieres simplificar tu vida, la meditación es la respuesta.  Si quieres colmar tu vida, la meditación es la respuesta.  Si quieres tener alegría y ofrecer alegría al mundo en general, entonces la meditación es la única respuesta.

Si meditas para olvidar tus sufrimientos o tus dificultades, no estás meditando por el motivo correcto.  Pero si estás meditando sólo para complacer y colmar a Dios conforme a Su propia Manera, entonces tu meditación es correcta.  Cuando Dios es complacido y colmado en la meditación, entonces es tarea Suya la de apartar tus sufrimientos y dificultades.  Pero si meditas para escapar del mundo o para desafiar al mundo y ponerte contra el mundo, estás equivocándote.

La meditación es tu capacidad consciente, que has de emplear cada día y cada segundo, para entrar en tu más alta divinidad, donde lo finito está completamente perdido en lo Infinito.  Cuando meditas, la existencia finita que tienes y eres, puede fácilmente perderse en lo Infinito y volverse totalmente una con lo Infinito.  Eso es la meditación y lo que la meditación puede hacer por ti.

La meditación nos ayuda a vivir de instante en instante.  En ese vivir de instante en instante existe el Eterno Ahora.  Lo Eterno no puede ser separado de cada instante.  Este es un instante y aquí está la Eternidad a su alrededor.  La Eternidad abarca el presente, el pasado y el futuro. Dentro de la Eternidad está el momento; asimismo, dentro del momento está la Eternidad.  Es como un océano. Dentro del océano hay incontables gotas diminutas.  También cada gota diminuta contiene la esencia del océano inmenso.  Tomamos una gota e inmediatamente tenemos la conciencia de todo el océano, porque la gota encarna el océano inmenso.  Del mismo modo, cada momento no puede ser separado de la Eternidad y de la Infinitud.  La meditación es la única manera de sentir la unidad de lo finito con lo Infinito.

Un principiante, no importa cual sea su edad terrenal, ha de sentir que es un niño.  La mente de un niño no está desarrollada.  Cuando llega a los doce o trece años, su mente empieza a funcionar en un nivel intelectual, pero antes el niño es todo corazón.  Cualquier cosa que ve la siente suya. Se identifica espontáneamente.  Eso es lo que hace el corazón.  Cuando sientas que eres un niño, siente de inmediato que te encuentras en un jardín lleno de flores.  Este jardín es tu corazón.  Un niño puede jugar en el jardín durante horas. Irá de una flor a otra pero no se marchará del jardín, porque recibirá alegría de la belleza y la fragancia de cada flor.  Dentro de ti está ese jardín y puedes estar dentro de el todo el tiempo que quieras.  De esta manera puedes meditar en el corazón.

Durante la meditación, si puedes llegar a sentir realmente que sólo tienes el corazón, o si puedes sentir que ni siquiera tienes el corazón, sino que toda tu existencia, de la cabeza a los pies, es el alma, observarás entonces que la mente no existe.  Pero si no puedes sentir la presencia de tu alma, fácilmente puedes sentir la presencia de tu corazón y el fulgor de tu corazón.  Cuando ves la luz resplandeciendo en el corazón o en el alma, puedes estar seguro de que has trascendido la mente intelectual.  En ese nivel, has entrado en la mente iluminada, que es muy diferente de la mente intelectual, razonadora.

Cuando la luz crece en el corazón, o la luz sale del alma y penetra el cuerpo entero, en ese momento, la mente es disciplinada automáticamente.  Si quieres disciplinar la mente por la esperanza, es imposible.  Es como intentar enderezar el rabo de un perro.  Pero si puedes vivir en el alma o incluso en el corazón, entonces la luz de la existencia interior, o bien transforma la mente física y la lleva a las regiones superiores, o bien hace descender la paz todo-colmadora de lo alto hasta la densa mente física.

Cuando la paz desciende o cuando la mente asciende al dominio superior de la luz, en ese momento, la mente desaparece automáticamente.

Si tienes un maestro que es un alma realizada, su mirada silenciosa te enseñara a meditar.  Un Maestro no tiene que explicarte externamente como se medita ni darte una forma específica de meditación.  Él sencillamente meditará en ti y te enseñará a meditar interiormente.  Tu alma entrará en su alma y aprenderá de ella.  Todos los verdaderos Maestros espirituales enseñan la meditación en silencio.